COMPORTAMIENTO DEL CERDO IBÉRICO EN LA DEHESA
- Armando´s European Food

- 4 feb
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Actualizado: 8 feb
El comportamiento del cerdo ibérico en la dehesa pasan la mayor parte de su tiempo en la dehesa, donde se adaptan perfectamente y encuentran su comida, agua y refugio, aunque las regulaciones solo requieren 60 días en este entorno.
Los estudios indican que el cerdo ibérico en la dehesa tiene un 56% de su dieta diaria compuesta por bellotas y un 43% por hierba, lo que equivale a aproximadamente 1,350 bellotas (7.1-8.4 kg) y 2-3 kg de hierba. Esta última proporciona proteínas y fibra. A medida que avanza la temporada de bellotas, el cerdo elige inicialmente bellotas más grandes y se basa en su composición hacia el final. Su ingesta real de bellotas, después de quitar la cáscara, varía entre 3.87 y 6.45 kg por día.
Los cerdos ibéricos necesitan agua no solo para beber, sino también para refrescarse, por lo que las granjas suelen tener estanques o charcas. Sus visitas a estas fuentes dependen de la disponibilidad de hierba fresca; si hay abundante, aumentan su consumo de bellotas, refrescando sus bocas sin moverse. Por el contrario, si la hierba es escasa o está seca, comen menos bellotas. Por ley, cada cerdo requiere un mínimo de 8,000 m², lo que les permite recorrer entre 4 y 9 km diarios. Este movimiento no solo enriquece el contenido de mioglobina en la carne, dándole un color más intenso, sino que también favorece la infiltración de grasa en el músculo debido a la mayor vascularización que promueve la proliferación de preadipocitos.
En la dehesa, animales salvajes como los jabalíes coexisten con el cerdo ibérico durante la temporada de bellotas, pero para prevenir la reproducción no deseada, tanto machos como hembras son castrados antes de que comience la temporada de bellotas a los 12 meses. Esta castración, realizada poco después del nacimiento, no solo previene tendencias de apareamiento y olores sexuales en la carne, sino que también mejora la gestión en la naturaleza y reduce las peleas entre los animales. Además, los cerdos castrados requieren menos proteínas, lo que les permite adaptarse mejor a la calidad de la bellota. Por la noche, buscan refugio en áreas protegidas y secas, ya que la falta de un buen lugar de descanso puede afectar su aumento de peso y energía para forrajear al día siguiente.





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