MARISCOS ESPAÑOLES EXTRAORDINARIOS

Los mariscos españoles son excepcionales teniendo joyas como pueden ser las gambas de Huelva y los percebes gallegos, siendo joyas del Atlántico y el Mediterráneo.

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Los mariscos españoles son reconocidos mundialmente por su calidad excepcional, gracias a la diversidad de sus costas, que abarcan el Atlántico y el Mediterráneo. En Galicia, las frías aguas del Atlántico producen mariscos como los percebes, mejillones y vieiras, famosos por su sabor intenso y textura firme. En el sur, las gambas blancas de Huelva y los langostinos de Sanlúcar de Barrameda destacan por su dulzura y delicadeza, mientras que en el Mediterráneo, Cataluña y Valencia ofrecen cigalas y gambas rojas de profundidad, apreciadas por su carne jugosa y su toque salino. La pesca sostenible y las técnicas tradicionales de recolección aseguran que estos productos lleguen frescos a los mercados, manteniendo su prestigio.

La variedad de mariscos en España es asombrosa, abarcando desde crustáceos hasta moluscos y cefalópodos. Entre los más emblemáticos están las almejas gallegas, perfectas por su sabor limpio y su versatilidad, y los calamares y pulpos, que brillan en platos tanto sencillos como sofisticados. Los bogavantes y las langostas del Cantábrico, con su carne firme y sabrosa, son un lujo reservado para ocasiones especiales, mientras que los pequeños y delicados bígaros o las coquinas del sur aportan un toque humilde pero delicioso. Esta diversidad permite que cada región desarrolle su propia identidad culinaria, aprovechando los mariscos que sus aguas ofrecen.

En la cocina española, los mariscos son protagonistas de innumerables preparaciones, reflejando tanto la simplicidad como la creatividad del país. En Galicia, una mariscada reúne lo mejor del mar en un festín de sabores puros, mientras que en el País Vasco, las kokotxas de bacalao con almejas en salsa verde muestran la elegancia de combinar mariscos con técnicas refinadas. Los arroces, como la paella valenciana con gambas y mejillones, o los caldosos con bogavante, son clásicos que resaltan la capacidad de los mariscos para infusionar sabor. Desde tapas como los calamares a la romana hasta guisos tradicionales como el suquet de peix catalán, los mariscos en España no solo alimentan, sino que celebran una herencia cultural profundamente ligada al mar.

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